Cómo pedir una cita por whatsapp y redes sociales

¿Cómo le pido una cita por WhastApp? ¿Qué hago para quedar con esta/e chica/o?

Reconozco que mi memoria tiene sus limitaciones cuando digo que no recuerdo de cuantísimas personas me han hecho estas preguntas. Aunque hay otra pregunta que pasea de la mano junto a estas como si de una pareja de enamorados se tratara:

¿Cuándo le propongo la cita?

Pues bien, sea a través de WhatsApp, el chat de Facebook, Telegram, Meetics, Instagram, o cualquier otra de esa infinidad de redes sociales que nos inundan, vamos a ver algunas ideas y tips sobre cómo podríamos pedir esa codiciada cita. Y si con esto no tienes suficiente, siempre puedes hacerte con mi libro Ligar por WhatsApp, ¡top ventas en Amazon!

¿Después de cuánto tiempo hablando le propongo la cita?

Mucha más importante es el cuando que el cómo. Según la constitución española de 1812 (19 de Marzo para ser exactos), no existe un tiempo fijo exacto aunque a muchos les cueste creerlo. Y en gran parte todo dependerá de la confianza y atracción que hayamos generado en el otro. Cada persona es diferente y necesitan cosas distintas para sentir cómodas de cara a lanzarse a ese vació de la primera cita.

Todo depende en gran parte de nuestro contacto previo

Si ya estuvimos hablando durante horas con esa otra persona compartiendo anhelos y sueños, y en persona se sintió cautivada, es muy distinto a si le pedimos el teléfono después de 5 minutos de charla trivial.

Si directamente la hemos conocido a través de alguna red social, la cosa todavía puede complicarse mucho más. Aunque como he dicho, no hay ninguna norma. El mayor riesgo es no intentarlo.

La paciencia es la madre de la ciencia

¿La mejor forma de evitar la tentación es caer en ella? Pues sí y no. De cara a pedir una cita por WhatsApp es conveniente no caer en esa tentación de precipitarse si no veamos que la las conversaciones son fluidas y animadas.

Y es que es de lógica pensar que si vía WhatsApp la cosa no marcha, en una cita con los nervios en ebullición la cosa solo puede ir a peor. Aunque claro, siempre podemos pedir la cita y en caso de que nos ponga una excusa, seguir hablando como si nada.

En mi caso personal muchas veces he propuesto una cita antes de tiempo esperando que la rechazaran. No me da miedo que me digan que no siempre que sienta que le estoy gustando. A veces nuestra primera respuesta es un no al pensar que es demasiado pronto aunque el otro nos guste. Otras veces nos sentimos más aventureros y nos gusta decir que sí a la primera. Y otras muchas sencillamente no podemos o nos proponen planes mejores por otros lares, aunque esa persona nos guste. Por eso estar preparado para recibir ese no sin ofendernos es crucial. El sí estará esperándonos si seguimos seduciendo…

Ejemplo pedir una cita por WhatsApp 1:

—¿Te das cuenta de que te he pedido una cita ya 4 veces? Según las últimas investigaciones la media de rechazos antes de dar un sí definitivo es de 5. Así que cuidado, a ver si vamos a pasarnos y nos van a llamar la atención.

—Jajajaja, conmigo hay que ser muy paciente.

—¡Ya veo ya! Con lo impaciente que soy yo viendo tus labios rojo fuego en esa mini foto de WhatsApp… La impaciencia a veces también es una virtud, ¿sabes?

—Jaja, ¿es que te gustan mis labios?

—Si, aunque que tenerlos en frente ofrece muchas más posibilidades.

—Mmmmm, ¿y qué posibilidades son esas?

—Se me ocurren varias, pero es mejor dejar margen a la curiosidad y no matar el misterio, ¿no crees?

—¿Es una trampa para que finalmente te diga que sí a esa cita?

—Si, una trampa a la que los dos nos va a gustar caer.

Gestiona los rechazos

Los rechazos nos dan información y cómo reaccionemos ante ellos dice mucho de nosotros mismos. Si les prestamos atención nos marcan el camino a seguir.

La preguntas son:

  • ¿Son reales los motivos por los que está rechazando la cita?
  • ¿Qué rasgos de nuestra personalidad necesitamos proyectar para que la objeción producida por un rechazo quede resuelta?
  • ¿Podemos aprovechar esos rechazos para divertirnos y mostrarnos más atractivos/as?

Ejemplos pedir una cita por WhatsApp 2:

—¿Qué te parece si vamos esta sábado a tomar algo a un bar de rock que conozco? La música es genial y viendo tu rollo estoy seguro de que te encantará.
—Pufff, no sé. Tengo mucho que estudiar este finde, no creo que pueda.

En este punto podemos pensar que no se siente atraída hacia nuestra propuesta porque repasando nuestras charlas, vemos que no han sido demasiado excitantes. Por tanto podemos optar por responder a ese rechazo con sentido del humor o sexualizando, mientras le ofrecemos un beneficio real a esa objeción: la posibilidad de desconectar para estudiar mejor.

—A mi hay algo que me ayuda mucho a estudiar. Sobre todo a liberarme de los nervios.
—¿Ah, si? ¿El qué?
—Un par de copas con la compañía de tu olor más escuchar tu risa mientras nos fundimos en miradas indiscretas. ¡Con eso saco dieces!
—Jajaja, no sé si a mi me ayudará a aprobar.
—¡Por supuesto! Relajaría tu mente durante unas horas para tener las pilas completamente cargadas a la mañana siguiente. Te aseguro que soy más efectivo que el DeMemory ese o cualquier otra píldora para estudiar.

Descubre más en mi artículo:
Rechazo amoroso: Qué hacer y qué decir cuando te rechazan

Observa, observa y observa

Como dijo Dani Rovira en uno de sus famosos monólogos: «Un consejo: observar. Ese es el consejo».

Si vemos que la persona contesta poco, tarde y con la misma simpatía que Adolf Hitler, por mucho que nos guste hay que asumir que nos está dando largas. Si le proponemos una cita el NO rotundo está más que asegurado. ¡No hace falta comprobarlo!

¿Esto significa que no podamos ganarnos su interés? ¡Para nada! Podemos acabar cambiando la situación poco a poco gracias si damos temas de conversación interesantes y hacemos juego de una buena labia que llame su atención.

Hazte ya con mis libros:

Cómo pedir una cita para aumentar nuestras posibilidades

Como dicen los niños pequeños con tono juguetón… ¿Y por qué?

Para proponer una cita debemos tener en cuenta los porqués implícitos que justifiquen que queramos compartir momentos con esa otra persona. Unos motivos que se basen no solo en objetivos como los de conocer a la futura madre de nuestros hijos a un hombre con el que disfrutar de una desenfrenada aventura. Es decir, tienen que haber motivos emocionales que nos lleven a pensar que eso que vamos a vivir puede merecer la pena. Si no te apetece mucho pensar ahora, a mi se me ocurren unos cuantos:

  • Porque nos sentimos muy bien hablando y lo pasamos de maravilla contándonos todos esos proyectos en los que estamos trabajando.
  • Debido a que tenemos una conexión sexual en la que nos sentimos vulnerables y queremos experimentar hacia donde nos lleva.
  • Porque que valoramos nuestras formas de pensar y podemos aportarnos mucho el uno al otro.
  • Debido a que tenemos muchos intereses comunes y estamos seguros de que nos vamos a llevar de maravilla.
  • Porque llevamos una semana muy dura de trabajo y queremos desconectar pasando un buen rato conociendo a esa persona tan divertida con la que llevamos algún tiempo hablando por WhatsApp.

Bien, tenemos claro que para proponer una cita ya sea vía WhatsApp, o redes sociales, hace falta que algo justifique ese acercamiento. Tenemos ese porqué, que bien se lo podemos dar nosotros, o ni siquiera hace falta verbalizarlo. ¿Qué nos falta? Comunicarlo de una forma adecuada…

Pedir la cita en el momento justo

Antes de proponer la cita deberemos pensar en qué contexto estamos, ya que si las circunstancias que rodean esa proposición no son propicias, es mejor esperar a otro momento. Por mi experiencia he visto a amigos míos pedir una cita cuando la conversación en chat estaba totalmente muerta, como último recurso. Algo catastrófico y sin sentido, pues el estado de ánimo no invita a dar un paso al frente. Pero además de eso, veamos más factores.

Ejemplos pedir una cita por WhatsApp 3

Imaginemos que eres un chico al que le encanta la política y estás hablando con una chica muy culta (aunque un poco seria) a la que también le gusta la política. Lleváis varios días charlando sobre temas de rigor intelectual.

Como querías pedirle un cita y crear una conexión romántica, también te has molestado en ir cualificándola y has sexualizando la conversación en momentos puntuales. Entonces en medio debate sobre política le pides una cita apoyado en un porqué:

—Sabes una cosa. Me he dado cuenta de que me encanta hablar contigo. Me lo paso muy bien y me río mucho. Eres muy divertida. Estoy impaciente por vernos en persona.

Bien, imaginémonos que esto no es verdad del todo. Si hemos estado hablando sobre todo de temas serios, la diversión  y el que sea muy divertida a menos que haya ido soltando bromas de vez en cuando, no será su mejor cualidad a destacar. Por tanto, no nos estaríamos adecuando bien al contexto. Probemos otra vez:

—Me resulta increíble lo mucho que me divierto contigo para estar hablando de temas tan serios. ¿Ya te he dicho que me vuelve loco lo culta que eres? Si ya te lo he dicho te lo vuelvo a repetir por si acaso quedaban dudas.
—Gracias, la verdad es que yo también me entretengo mucho con nuestras conversaciones. Aunque a veces estés completamente equivocado :p
—Eso no te atreves a decírmelo en persona. Deberíamos vernos este viernes para comprobar si tienes agallas. Quién sabe, igual acabamos fundando un partido político juntos y nos hacemos con el control del país.
—¡Yo nunca me hecho atrás en los desafíos! ¿A qué hora nos vemos?

Aquí podemos ver varios porqués:

  • A los dos nos gusta la política y lo pasamos bien hablando de esos temas.
  • Nos sentimos atraídos tanto físicamente (por eso nos dimos los teléfonos) como intelectualmente, porqué principal este segundo con el que hemos justificado querer tener una cita.
  • Hay juego con pequeños piques coquetos que pueden estallar en llamas de la seducción. Por lo que las necesidades de sexo y juego parece que pueden cubrirse, evitando así caer en la zona amigos. Dicho de otra forma: ¡hay química!

Creatividad y sentido del humor

Según la OCD (Organización Mundial del Comercio), las posibilidades de que te digan que si cuando propones una cita al hacerlo con humor, aumentan aproximadamente x5.

Vale, sé que ese organismo no se encarga de esas cosas y probablemente no haya estudios específicos sobre esto, pero mi palabra es de sobrada garantía ante algo tan obvio, ¿no crees?

El humor aumenta nuestras probabilidades de recibir una respuesta afirmativa y nos ayuda a gestionar mejor un posible rechazo si lo mezclamos con un poco de empatíaasertividad.

Ejemplo pedir una cita por WhatsApp 4:

—Creo que es de buen caballero mantener la palabra que se da a una bella doncella como vos.

—Jajaja, ¿y qué palabra es esa?

—Esa cita que te dije el otro día que podíamos tener y en la que particularmente creo que lo pasaríamos de cine. ¡Yo al menos me pienso llevar las palomitas!

—Jajajaja, no sé. Este fin de semana estoy bastante liada…

Ejemplo pedir una cita por WhatsApp 5:

—Me ha dicho un pajarito que mañana vamos a compartir un café lleno de misterios.

—¿Lleno de misterios?

—Sí, y mientras resolvemos esos misterios de no saber que puede pesar entre nosotros, lo vamos a pasar mejor que Heidi saltando por los prados.

—Jajajaja, no sé si me convences. Tengo que acabar un trabajo y voy justo de tiempo.

—Pues yo estoy tan convencida como Hitler en su época montando guerras, solo que mis armas son repartir amor y sonrisas.

—Jajaja, en ese caso voy a tener que darme prisa con esto. ¡Parece que no tengo escapatoria!

Ejemplos pedir una cita por WhatsApp 6:

—¿Al final nos vamos a ver este fin de semana como hablamos el sábado?

—No sé si voy a poder, lo vamos viendo…

—Perfecto, como no quiero ser pesado podemos hacer lo siguiente. En lugar de preguntarte cada 5 minutos que es lo que haría normalmente, te voy a preguntar cada día que hablemos de aquí al fin de semana. Así hasta que me digas que sí y tengamos el mejor encuentro hombre y mujer que se haya dado en la faz de la tierra.

—Jajajaja, me parece una buena idea.

—¡Trato hecho entonces!

Ejemplos pedir una cita por WhatsApp 7:

David, llevo exactamente unos 5 minutos y 34 segundos esperando a que me propongas tomar un café este domingo. ¿Me vas a hacer esperar mucho más?

En este último ejemplo la chica en lugar de proponerle la cita directamente, le da el rol a él, convirtiéndolo en una proposición creativa con su toque de humor al decirle el escaso tiempo exacto que lleva esperando.

¿Qué pasa si la creatividad comunicativa no es lo tuyo? Pues una de dos, o desarrollas tu sentido del humor o asumes que tus posibilidades de éxito van a ser muy inferiores. Para comunicarte de una forma más creativa, divertida o sexual, puedes mirar mi guía: El don de la labia.

Elige el momento adecuado

Tenemos que proponer la cita en un momento oportuno. Si estamos a lunes, proponer una cita para domingo quizá no sea la mejor opción. De aquí a allá a saber… pero algo más importante aún es en qué momento de la conversación lo hacemos.

La mejor opción es elegir uno de esos puntos calientes en los que la conversación es más estimulante, ya que si nos dice que si cuando su estado de ánimo es más positivo, hay muchas menos posibilidades de que luego se retracte (aunque todo puede pasar).

Algunos chicos me pasan ejemplos como este:

—Hola, ¿qué tal?

—Bien, acabo de llegar de la universidad. Pufff, vaya día estoy reventada. ¿Tú qué tal?

—Muy bien, aquí haciendo unas cosillas. ¿Quieres que nos veamos este fin de semana?

—Pues no voy a poder, llevo un lío con los exámenes…

Luego es posible que ni exámenes ni nada de nada. Se ha ido de jarana con las amigas. O no, o se ha quedado estudiando. Nunca se sabe…

La cuestión está en que se ve claramente que el chico ha hablado con ella únicamente buscando la cita en lugar de que dicho propuesta haya surgido por esos porqués que la justifican. Porqués hay que tener frescos para que ese sí quiero se diga con seguridad y a voz viva.

Obviamente si ya hemos quedado varias veces con esa persona y la confianza ya está sólidamente constituida, no hará preocuparse tanto por esto. Pero sí es muy importante para las primeras citas. ¡Avisado/a quedas!

David Belmonte
David Belmonte
https://bravetys.com/
David Belmonte es Graduado en Marketing por la Universidad de Murcia, Máster en Inteligencia Emocional y Mindfulness por la Universidad de Valencia, Experto Creativo por la Universidad San Jorge y MBA. Con 20 años de experiencia, está considerado como el autor de habla hispana más innovador en el área de las habilidades comunicativas aplicadas a las relaciones sociales y la seducción. Creando un modelo de comunicación emocional que encontrarás en su Máster online así como en sus libros Despierta Belleza, El don de la labia y Ligar por WhatsApp.

2 comments

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *