Labia infinita: El error que te impide divertirte y conectar

Labia infinita: El error que te impide divertirte y conectar

¿Qué es lo que más nos lleva a conectar con los demás?

En pocas palabras: sentirnos comprendidos.

Esa es una de las necesidades básicas que debemos cubrir a la hora de comunicarnos. Comprender a los demás y hacer que nos comprendan.

Pero OJO, a su vez debemos entretener y divertir mientras lo hacemos. Y hay un obstáculo que impide que esto suceda.

El mismo que hace que tengas poca labia.

¿Quieres ir a por todas a mejo

Evita hablar de forma general

El mayor obstáculo para desarrollar El don de la labia es el de comunicar de forma general. Es decir, resumiendo al extremo sin contar nada específico más que hechos superfluos.

Vamos, lo que solemos decirle a alguien cuando no queremos hablar con ese alguien o disponemos de poco tiempo y no queremos detenernos a hablar más.

Si nos preguntan qué tal lo pasamos trabajando unos meses en otro país, respondiendo de forma general diríamos algo así como:

—Lo pasé genial, hice muchos amigos y aprendí mucho en el trabajo.

Esa respuesta sería muy válida y un comunicador perspicaz sabría cómo contestarnos para que alargáramos la conversación. Sin embargo, la mayoría de gente nos contestará con más respuestas tipificadas: Ahh, genial. Me alegro de que te haya ido tan bien.

Responde despertando curiosidad

Echa un vistazo a esta otra respuesta:

—¿Qué tal lo pasaste trabajando en Australia?

—Pues estás ante una persona completamente renovada e independiente.

Esta segunda respuesta implica un cambio que despierta curiosidad. Queremos saber qué es lo que ha pasado. En lugar de anticiparnos a decir qué hicimos durante el viaje, lo cual puede resultar poco relevante, insinuamos cómo ese viaje nos ha cambiado (sentimientos).

Ante esa segunda respuesta nos es inevitable preguntar.

—¿Y eso? ¿Qué pasó?

A partir de aquí, con la atención de la otra persona, podemos ir contando más detalles de nuestro viaje. Experiencias que nos llevaran a sentirnos más independientes y que podemos contar aprovechando el poder de las historias.

Por tanto, en lugar de hablar de forma general, lo haríamos de forma específica. Contando cosas concretas. Veámoslo:

Contar cosas generales que no alargan la conversación:

—Al sentirme lejos de casa tuve que obligarme a conocer gente nueva, ir a sitios a lo que nunca había ido, etc…

Contar algo específico como una historia:

—Pues nada más llegar me encontré con un tipo con unas rastas horribles con pinta de atracador de bancos. Me acojoné nada más verle. Pensé donde coño me estoy metiendo. Pero es que resulta que era mi futuro compañero de piso, ¿sabes?
—¿No me jodas?

Haz que quiera saber más

Tras contar algo concreto como esto, la otra persona quiere saber más. Quiere descubrir que nos fue ocurriendo que cambiara nuestra vida. Si fue ese chico quién nos hizo cambiar o algunas aventuras que viviéramos.

Un recurso muy bueno para ello es dejarnos con la intriga. Igual que hacen los canales de televisión, sobre todo los de prensa rosa, cuando hacen un avance de algo “extraordinario” que ha sucedido pero lo van dejando para el final para tenerte atrapado durante todo el programa.

—¿No me jodas?
—Sí, luego te contaré porque es que el primer día de trabajo no veas la que lie. Estaba con una compañera y…

Si bien es cierto que algunas de las experiencias que hayas vivido pueden parecerte de lo más comunes, es tu forma de contarlas lo que las hace especiales. De nuevo, fíjate en la prensa rosa. A la mínima que una famoso hace algo mínimamente llamativo, le dan un dramatismo tremendo.

Ve de las risas a lo emocional

El otro día, tras una reunión de negocios con unos proveedores chinos, les hablé de que había estudiado inglés en Liverpool. Lo que aproveché para comentarles lo pintoresca que era la gente de allí. Les conté:

—Fíjense que nada más llegar a mi residencia, en pleno invierno y congelado de frío como iba, me veo bajar a un grupo de universitarias. Todas ellas en mini falda, con tops, y chaquetitas baqueras que apenas les cubrían. Yo estaba allí esperando para coger el ascensor, y nada más bajarse una de ellas se puso a bailarme. Contoneando el culo delante de mí y yo con la cara roja mirando al resto y pensando: ¿Dónde coño me he metido?

A partir de ahí seguí contándoles más sobre la personalidad de los ingleses en Liverpool, de lo mucho que me gustó que fuesen personas tan sociables y fiesteras.

Lo que también es muy interesante es contar cómo esas otras personas nos cambiaron.

Por ejemplo, si siempre hemos sido personas muy serias y poco fiesteras, podríamos contar cómo tras esa etapa nos volvimos mucho más sociables. Abiertos a conocer gente y salir a vivir la vida.

Recuerda que todo lo que nos pasa nos va cambiando. Para tener una buena labia uno de los temas de conversación más interesantes es hablar de esos cambios que experimentamos en nuestra forma de ser y de comportarnos.

Lo mejor para sacar esos temas, es empezar a contarlos con humor. Como anécdotas que nos divierten, ya que el sentido del humor despierta nuestra atención y nos hace querer saber más para así reírnos. De ahí, podemos llevar las conversaciones a un plano más emocional.

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David Belmonte
David Belmonte
David Belmonte está considerado como el autor de habla hispana más innovador en el área de las habilidades comunicativas aplicadas a las relaciones sociales y la seducción. Convirtiéndose en un referente sobre comunicación en España y Latinoamérica.Es Graduado en Marketing por la Universidad de Murcia, Máster en Inteligencia Emocional y Mindfulness por la Universidad de Valencia, Experto Creativo por la Universidad San Jorge y MBA.

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