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Ya estabas tú super ilusionado o ilusionada con tu próxima cita cuando de repente, esa persona te manda un mensaje y te dice: oye, que al final no voy a poder quedar.
Seguro que te ha pasado alguna vez y tu primer instinto ha sido, como no, cantarle las cuarenta. Argumentos como estos son los más utilizados:
- No me parece bien que ahora me vengas diciendo que no puedes cuando ya habíamos quedado.
- Tú te lo pierdes, si no quieres que nos veamos ya no hace falta que me hables más.
- Cuando yo me comprometo con alguien mantengo mi compromiso, así solo me demuestras que no eres una persona seria.
- Ya te vale, si no querías quedar no haberme dicho que sí.
Nuestro primer impulso es dar rienda suelta a la frustración provocada por el rechazo y lanzar mensajes con actitudes resentidas. Algo que como podrás adivinar, no es nada atractivo.
Son diálogos que nos hacen hacerla sentir juzgada y culpable. Transmiten un deseo posesivo y la tendencia a reprimir a la otra persona.
Esto hace que lo único que consigamos con estas actitudes, sea generar conflictos y alejar cualquier posibilidad de que ella quiera seguir conociéndonos.
Dos claves fundamentales en la seducción que entreno con mis alumnos en mis cursos de habilidades sociales son:
- Generar emociones positivas
- Inspirar sentimientos de libertad
Muchos dirán que hay que hacerse de respetar, que no puedes dejar que te pisoteen, que si se están riendo de ti, que tienes que ser un macho alpha y cosas por el estilo. Sin embargo, desde mi punto de vista, los reproches no hacen más que acrecentar los problemas y restarnos atractivo. Por muy poderosos y orgullosos que nos sintamos al realizarlos.
Créeme, he visto a cientos de chicos y chicas estropear sus relaciones pro culpa de este orgullo.
Tienes que elegir un camino más inteligente. Apostar por la jovialidad y el uso de habilidades como la empatía y la asertividad. Emplear tu ingenio y sentido del humor para resolver las situaciones potencialmente conflictivas.
Veamos algunas posibles respuestas a que nos cancelen una cita:
- No te preocupes, justo me habían dicho mis amigos de salir esta noche. Otro día quedamos.
- Vaya, qué pena. Estaba deseando verte penetrarme con esos ojitos grandes y marrones. Ya me lo compensarás, no te preocupes.
- Estás castigada, cuando al fin consiga verte te aseguro que me las vas a pagar.
- Tranquila, justo me habían llamado de la Nasa. Tienen un problema y necesitan de mi inestimable inteligencia. No saben hacer nada sin mí, en otro momento será.
- Yo que te había comprado un gato, ahora a ver qué hago él
Este tipo de respuestas nos hacen ver como personas más carismáticas, empáticas y asertivas. Invencibles a la hora de no perder nunca nuestro buen sentido del humor.
Rasgos que corresponden a un personalidad atractiva y que pueden ayudarnos a que esa cita finalmente se acabe materializando. En definitiva, aprovechamos ese rechazo para ganar puntos.
¿Y si la actitud negativa se repite y vuelven a rechazarnos una segunda cita?
Entonces podemos incrementar la seriedad del tono dando a entender que si las cosas siguen así nos van a perder.
- No quiero que te siente mal, pero esta es la segunda vez que quedamos y lo cancelas. Si no estás interesada, no pasa nada, no me voy a ofender ni te voy a presionar. Quedamos, así como amigos y ya está.
Al decirle esto estamos siendo asertivos al no juzgarla negativamente. Mostrándonos predispuestos a respetar sus intereses. Trasmitimos que no estamos desesperados por tener esa cita y que, si al final o se produce, no pasa nada. Es más, nos mostramos predispuestos a que las cosas puedan acabar ahí.
Esto genera ese sentimiento de miedo a la pérdida que le puede poner las pilas de cara a que, si hay una próxima oportunidad, tengamos garantías que de esa cita se produzca.
Por último, tengo que decir que los motivos de que nos cancelen una cita a menudo suelen dejar en evidencia que no hemos sido capaces de seducir lo suficientemente bien a esa persona.
En mi experiencia personal de más de 20 años estudiando habilidades sociales y 11 como instructor de seducción, al principio recuerdo que cuando apenas sabía comunicarme y seducir con creatividad, muchas citas se cancelaban.
El motivo era que no había construido la conexión emocional necesaria, o no había despertado el instinto sexual de ella, o no me había mostrado como alguien con quien fuese a divertirse siendo capaz de hablar de muchos temas y tener una cita exitosa.
Sin embrago, conforme fui mejorando en mi forma de comunicar, no solo dejaron de cancelarme citas si no que eran las chicas las que me las pedían e insistían en vernos. Y así le ha ocurrido a muchos de mis alumnos.
Así si quieres mejorar en este apasionante mundo de la comunicación y entrenar ese mágico Don de la labia que tan importante es para seducir, puedes echar un vistazo a mis Cursos de Habilidades Sociales.
Mantén la calma y el buen humor
A veces no es que nos cancelen una cita, sino que no se muestran animadas a tenerla en el momento en el que se la proponemos. Quizá, pensándolo mejor, les apetezca, pero les cuesta arrancar.
En estas situaciones algunos suelen cometer errores por falta de paciencia. Así le ocurrió a un alumno.
Le propuso a una chica de verse para tomar un café tras haberla conocido durante el fin de semana y haberse acostado ya con ella.
Tras su propuesta, ella le respondió animada, pero negándose a la cita:
—Estoy acostada jajaja, ni tengo ganas de levantarme de mi cama, estoy a lo calentito.
—Como vaya yo te levanto de una, si son las 16 muchacha. Tienes dos horas para dormir. Si me esperas voy y duermo contigo jaja.
Hasta aquí todo bien, pero tras ver que no le responde, pasados 7 minutos mi alumno le dice:
—Bueno por lo que veo no tienes ganas de verme.
En este último mensaje es donde cometió un error. Eleva demasiado la presión y utiliza un lenguaje negativo que puede mostrar inseguridad. Tendría que haberse quedado esperando su respuesta o haberle dicho algo como:
—Bueno, avisada quedas. Ya me dices algo si te animas.
De esta forma la dejamos pensándoselo sin mostrarnos molestos, lo cual muestra mucha más seguridad.
Además, como yo le proponía, si finalmente no le contacta para acudir al café, podría haberle mandado un mensaje después diciendo algo como:
—Te estás perdiendo el mejor café del mundo. Hay dos tipos de Guatemala aquí haciéndolo recién cosechado de este mañana.
Esa broma utilizando el recurso de la exageración serviría para retomar la conversación. La cual se puede complementar con el recurso del contraste, añadiendo después de una respuesta suya algo como:
—Bueno, en realidad el café era una mierda. Pero igualmente si hubieses venido habría hecho que fuera el mejor que has probado :p
Este tipo de diálogos, según mi experiencia, pueden provocar que finalmente ella se anime. Ten siempre presente que nuestros estados emocionales están en continuo cambio. Lo que en ocasiones la llevará a cambiar de opinión y querer vernos, quizá diciéndonos que pasemos por su casa antes de irnos.
Lo que está claro es que si mantenemos una actitud de buen humor, estaremos predisponiéndola a decirnos que sí a próximas propuestas. Y si te cuesta usar el humor, mantener conversaciones interesantes y seducir con sexualidad, no te preocupes. He desarrollado un Máster de más de 20 horas donde tendrás acceso a cientos de clases con miles de ejemplos y recursos para inspirarte: Ver máster
#wearebrave #captivatesensations
En el fino roce de los cuerpos descubrimos la pasión por el vacío. Por el vagar de la mente hacia el todo y la nada. Todo al mismo tiempo. Descubriendo que el sexo no es solo placer, sino que es mucho más. Un deseo del que nunca podríamos escapar. Del que jamás quisimos escapar. Únicamente caer en el una y otra vez más. Abriendo nuestra Caja de Pandora hacia los deleites perdidos del tiempo.
