Mala y vieja es la carta de la sabiduría que bajo manga nos impide apreciar lo novedoso.
La maestría debe acercarnos a la humildad, de otra forma, no sería digna de ser llamada así.
Al igual que muchas veces no escuchamos a los que creemos menos inteligentes, tampoco aprendemos de lo que nos rodea al creer que ya sabemos bien lo que tenemos que hacer.
O al creer que ya hemos visto lo que ahí teníamos que ver…
Maldita condición es aquella que no nos deja ver lo que se bifurca bajo cada uno de nuestros nuevos pasos. Queramos volar hacia otros destinos. Queramos saltar esas barreras que nos aferran a lo podrido para abrir nuestros ojos una vez más como si lo hiciéramos por primera vez. Pues no hay peor destino que andar al cobijo de un camino somnoliento. Siendo este aquel que nos hace movernos con la triste sensación de no llegar a ninguna parte. Así que yo proclamo:
En la punta de tu estaca,
amada vida esta
pondré mi pecho para que
claves en mi lo que hasta ahora,
bien por no ser o no querer,
había estado ignorando.