Una seducción mística

Sinceramente, ¿se puede mirar a alguna parte y no ver seducción?

Todo lo que rodea procede de dos polaridades, desde la silla en la que estás sentado hasta lo que te impulsa a leer esto. Viene a simbolizar como la maravilla de un esperma fecunda un óvulo que sirve para que llegue un tercero. Las avispas surcan con el polen alrededor de la primavera y parecemos absolutos ignorantes frente a tal advertencia. La advertencia de que la vida no es algo que controlar, es algo que te lleva, que surca contigo incluso sin ti. Una abeja no se pregunta si el polen está bien o es rico. Ni si está preparado para recibirlo. Una abeja no se pregunta cuando es el mejor momento para probarlo. Sabe que es para él y lo disfruta sin aliento. Carece de una ética que desprecie la naturalidad de las cosas

La seducción, o el arte en movimiento, también tiene dos polaridades. También tiene óvulo y esperma,  mujer y hombre, y también crea un tercero: una aura seductora. Si lo ampliamos veremos el proceso de creación de cualquier cosa que podamos ver y si nos acercamos, veremos lo femenino y lo positivo bailando juntos. ¡Es la danza más natural de toda la naturaleza!. Por ello los que amamos la vida, nos enfrentamos a ello a través del arte, herramienta para que la naturaleza de algo se exprese en su máximo esplendor.

Cuando dos personas están juntas está seduciendo o sucediendo algo más que un cortejo, está sucediendo la vida en movimiento. Ella se toca la cara como consecuencia de las dudas respecto a su plano familiar, su cielo está empañado por nubes y cree que la vida es algo que vivir. Él derrapa entre sus pensamientos alentados por el sexo. Y como personas,  ¿no buscamos continuamente sentir algo en su máximo esplendor? Cada persona es un mundo y cada persona esconde una pieza única. Algo que despreciamos cuando charlamos trivialmente, algo que despreciamos cuando solo lo llamamos sexo, algo que despreciamos cuando nos ponemos un zapato que no es nuestro.

La mayor parte del mundo padece la vida. Esperamos a que sea el momento adecuado cargando con nuestros dilemas para saborear el placer de la vida. Y dime amigo ¿Cuán lejos estás de vivirlo? ¿No es inherente en ti?

Es tan sencillo como que no hay nada de la vida que no provenga de sexo. Todo procede de la unión de dos polaridades opuestas. ¿Puedes mirar a cualquier parte de tu alrededor y no ver sexo? Pues todo procede de una emoción, una pulsión que te mece, hacia un determinado punto. Llamado emoción, dirigiendo el sentimiento hacia una parte.

Adrián Mercury

Mercury
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