Sexualidad: transmitir sexo en la conversación

Sexualidad: transmitir sexo en la conversación

Hola, queridos lectores y lectoras. Hoy vamos a hablar de un tema de sexualidad y comunicación. Un tema que, sin duda, está presente en la mente de todas las personas que tienen una interacción a la hora de seducir, ya sea consciente o inconscientemente.

Abre bien los ojos, ponte algún temazo de tu gusto y presta atención, pues este es quizá el punto donde más falla la gente a la hora de comunicarse con el sexo opuesto:

La sexualidad humana, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, se define como:

Un aspecto central del ser humano, a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se viven o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.

Sexualidad y tensión sexual

Es por ello, que para vivir nuestra sexualidad de una manera plena y sincera, tenemos que buscar mecanismos para expresarla y que sea congruente con nosotros mismos, con la sociedad y, sobre todo, con la persona que tenemos delante.

La tensión sexual es la expresión del deseo y atracción que surge entre ambas personas, ya sea a un nivel verbal o no verbal. Por desgracia, muchas veces los chicos y las chicas nos reprimimos y no expresamos esa tensión sexual por miedo. Ya sea miedo al rechazo, miedo a que nuestro sentimiento no encaje en la sociedad “moral”, o miedo a exponernos simplemente.

Debemos concebir la sexualidad como una especie de energía, que será expresada y canalizada mediante la tensión sexual. Si la tensión sexual existe, debemos ser capaces de canalizarla y dirigirla hacia nuestros fines. No podemos dejar que se desborde y ser animales primitivos, ni reprimirla para acabar convertidos en unos frustrados sociales. Hay que buscar el término medio de la expresión. Como hombres y mujeres que somos, tenemos una parte racional y una parte instintiva. Es, por tanto, en el término medio entre razón e instinto donde ha de hallarse el equilibrio para gozar de una buena sexualidad y vivirla al máximo y saludablemente.

La tensión sexual es difícil crearla en sí misma. Normalmente vendrá como consecuencia de estar ante una persona que nos atraiga, ya sea por sus atributos personales o su físico. Por tanto, de esto deducimos que podemos trabajar cada uno de los puntos de nuestra personalidad que resulten atractivos al sexo opuesto y a nosotros mismos, y para eso tenemos en la web una sección entera dedicada. La sexualidad de cada uno se despierta en el sexo opuesto como consecuencia de poseer una personalidad atractiva.

Por ejemplo, si a un chico le ponen cachondo los pechos grandes, la chica que tenga los pechos grandes despertará mucha sexualidad en ese chico. Si a una chica le encanta, sexualmente hablando, los hombres con gran elocuencia y mirada arrebatadora, un hombre que tenga esas cualidades despertará la sexualidad en ella. Si, además, coinciden en otros ámbitos íntimos, esa tensión sexual entre ambos será prácticamente imparable.

Si intentamos crear tensión sexual de una manera consciente en todas nuestras interacciones, sin que exista una atracción previa, probablemente fracasaremos en nuestra intención, ya que se manifestará como una falta de naturalidad y fluidez, que llevará a que seamos percibidos como ciertos manipuladores.

 

Despierta la sexualidad de la persona que tienes delante con tus propios atributos, y redirige la tuya propia mediante la tensión sexual.

 

La tensión sexual será causa de los avances sexuales que provoquemos. Todos tenemos una sexualidad que queremos vivir sin confinar al secreto, por lo que tendremos que aprender a reconocerla y darle expresión mediante la tensión sexual. Sin tensión sexual no hay atracción, con lo que la seducción es prácticamente imposible.

En función de lo que más le atraiga a la persona que tienes delante de ti y lo que despierte su sexualidad, es probable que se necesite un tiempo variable de interacción. Obviamente, si a una chica le vuelven loca los pectorales grandes y los bíceps de acero su sexualidad se verá activada antes que a otra que por ejemplo le vuelvan loca los hombres de poderoso intelecto. No es casualidad que con unas personas sea “más fácil” que con otras, todo depende de lo que el cuerpo nos pide y de lo que sea capaz de despertar nuestra sexualidad y tensión sexual.

Sin embargo, en líneas generales a los hombres se nos hace más difícil encauzar nuestro deseo sexual. Se nos nota rápidamente que tenemos la sexualidad en ebullición y despertar tensión sexual suele sernos más difícil, al principio.

Manipula tu sexualidad: La tensión sexual como herramienta

He dicho antes que no podemos controlar la sexualidad, pero sí que podemos manipular la tensión existente así como proyectarla para que la otra persona sepa que tenemos interés sexual en ella o mostrar ciertas conductas que propicien el avance sexual.

Vamos a concebir la tensión sexual como una manera de comunicar nuestra sexualidad, ya sea mediante el lenguaje verbal y no verbal.  Hay ciertas señales, gestos y miradas que denotan tensión sexual. Por último, podemos verbalizar nuestras intenciones o jugar simplemente con el lenguaje no verbal si lo que queremos es ser más sutiles y no romper la magia del momento.

Desde Good Life quiero promover que se disfrute la tensión sexual y no se trate de forzar. Eso no es natural ni es productivo. Es más probable que provoquemos una incomodidad a la hora de crear una tensión sexual inexistente que conseguir el éxito en este ámbito. Es por ello que os insto a que, si no habéis despertado la sexualidad de la otra persona, deis tiempo y os arméis de paciencia. La seducción muchas veces no es inmediata ni mucho menos obedece a todos los patrones que se dan de manera general.

Un hombre que se decide a hacer algo sin pensar en otra cosa, supera todos los obstáculos. Giacomo Casanova

Tensión sexual: saca tus armas

¿Cuántas veces os ha pasado que lo hacéis todo bien, habéis hablado con cualificación, romance, humor, persuasión, trucos, malabares…ya sólo os queda suplicar, y la chica o el chico se despide de vosotros con un besito en la frente?

Seguro que muchas veces os habéis preguntado en qué habéis fallado. Pues chicos y chicas, sencillamente habéis fallado en que no habéis sabido aprovechar la sexualidad que se mascaba en el ambiente y no habéis creado tensión sexual.

 

Una hipotética historia

Un chico y una chica se conocen en un pub, se divierten mucho, hay risas y se gustan…Ella va guapísima y no para de insinuarle miraditas. Él le propone a ella llevarla a casa. Suben y ella le invita a una copa. ¡La cosa está más que hecha!

¿Qué hacen un chico y una chica en el piso de ella a las 6 de la mañana con la sexualidad a flor de piel? Ella ya le ha hablado de su viaje a la Luna, de que le gustan los helados de vainilla y mil cosas más. Le ha enseñado su colección de peluches y hasta le ha dicho que “le gustaría ponerse más cómoda”, pero nada… él sigue a su bola. ¿Qué hacen esos dos desgraciados que no se están comiendo como si no hubiera un mañana?

 Ella se ha puesto su mejor vestido y lleva un escote muy llamativo y está pensando que este chico, Alfredo, al que acaba de conocer, no tiene experiencia sexual porque lo ha dejado entrar a su casa, están tomando una buena copa y el amigo lo único que hace es estar ahí sentado con manos sudorosas y la mente en el infinito y más allá. Si el amigo Alfredo no hace algo pronto, ella se va a sentir decepcionada y lo va a echar a patadas.

 Por el contrario, si le dice: “Ana, con ese escote tan llamativo estás despertando mi lado más salvaje y me están entrando ganas de arrancarte la ropa y follarte aquí mismo” (nótese la exageración), la amiga Ana parecerá que acaba de salir de una piscina de lo cachonda que estará además de pensar que ya era hora. Si, además, Alfredo acompaña esas palabras con un tono de voz lento y profundo, un contacto físico acariciante y una mirada penetrante y sexualizadora (lo que nosotros llamamos embelesamiento), Ana querrá que se la folle allí mismo.

 

Por tanto, dividiremos todo el proceso de tensión sexual en tres grandes bloques:

1. TENSIÓN SEXUAL VERBAL

Será todo aquello que digamos con nuestras palabras que transmitirá cierto matiz sexual. Serán todas aquellas palabras o frases destinadas a dar una dirección sexual a la interacción y, por consiguiente, que nos hará ser percibidos como hombres o mujeres seguros de nuestra sexualidad, lo que se traducirá en un mayor atractivo.

El poder de la tensión sexual verbal reside en hacer consciente a la otra persona de que provoca una reacción en nosotros. Una atracción irremediable que no podrá ser disimulada y nos desbordará hasta el punto de que diremos lo que sentimos, porque somos personas naturales que viven su sexualidad plenamente y seducidas por los encantos de la persona que tenemos delante.

Frases de doble sentido también ponen de manifiesto la tensión sexual existente y además añaden un matiz juguetón a la interacción. “Vaya, parece que acabo de mojarme…entera… (Insertar mirada de bobo del chico). Acabo de pisar un charco… ¡no pienses mal!”

Estas frases de doble sentido son muy buenas cuando queremos que nuestro lenguaje sexual pase desapercibido de una manera consciente y dejará en duda a la otra persona sobre nuestras intenciones, a pesar de hacerle creer que es producto de su mente la sexualidad percibida.

Evidentemente, estas frases deben acompañarse de un lenguaje no verbal que a su vez también genere tensión sexual, como un tono de voz que sea profundo y lento, y una mirada que transmitan un matiz provocador.

Nuestras verbalizaciones tienen que ser graduales. No le vamos a entrar a una tía diciéndole que nos la queremos follar. Puede dar resultado, sí, pero son pocas las excepciones. Esto va en relación con lo que comentaba antes de la sexualidad, cada persona tiene unas apetencias y merece la pena ir descubriéndolas.

El orden de gradualidad de menor a mayor es: frases de doble sentido<verbalización explícita<conversación sobre sexo<sexualización hipnótica

En nuestro taller estrella, Good Life Beach Camp, explicamos a fondo y con ejemplos prácticos todo lo que necesitas saber sobre la tensión sexual y formas más avanzadas. Aquí está lo más básico.

 

2. TENSIÓN SEXUAL NO VERBAL

En la tensión sexual no verbal englobamos todo aquello con lo que, con nuestro lenguaje corporal, demos a entender un interés sexual y una expresión de nuestra sexualidad. Los potenciadores de la tensión son la mirada, la voz y el contacto físico (lo que en nuestros talleres llamamos, en conjunto, embelesamiento) Aquí nos centraremos en la mirada, que es el principal comunicador de sexualidad y generador de tensión sexual.

La mirada de un seductor o seductora tiene que ser profunda, como si fueses el dueño de su alma y estuvieses en completo dominio de la situación y de la persona. Una mirada profunda combinada con sonrisas que transmitan matiz sexual. La mirada es el mayor poder de seducción, y es muy importante aprender a usarla correctamente. Como transmisor de tensión sexual es el mayor potenciador vivo, junto con la pronunciación y la voz.

Una forma de transmitir tensión con la mirada es mirarla fijamente sonriendo mientas habla y quedarte callado. Únicamente mirándola y escuchándola con una sonrisa. En el momento en que se calle, si no lo hace antes dirá: ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así? O también puede ser que desvíe la mirada, nerviosa.

El embelesamiento es una mirada hipnótica capaz de despertar una gran tensión sexual y potenciar la sexualidad, acompañada de un tono de voz profundo e hipnótico y un contacto físico acariciante.

sexualidad

Ejemplo de mirada masculina que transmite tensión sexual

Mi consejo es que os dejéis llevar, ya que el lenguaje no verbal es difícil de controlar,  pero que tengáis en cuenta que de vez en cuando un encauzamiento de vuestro lenguaje no verbal transmitirá mucha tensión sexual si así os lo proponéis y dará rienda suelta a vuestra sexualidad.

 

3. DISTENSIÓN SEXUAL

La distensión sexual es aquello que hacemos intencionadamente para rebajar la tensión sexual, ofreciendo así un vaivén de emociones que harán una interacción muy enriquecedora.

Evidentemente, en una interacción, no todo es tensión sexual y sexualidad desbordada. De hecho, toda tensión sexual debe ir acompañada de una distensión, siendo la distensión máxima el sexo en sí.

Todo se resume en tensión-distensión, y tendremos que saber jugar con estos dos conceptos a lo largo de la interacción para dar un conjunto de sensaciones enriquecedoras que harán que nuestra sexualidad y la de ella sean potenciadas al máximo.

Es importante generar tensión sexual sobre todo en el momento en el que la sexualidad puede ser liberada. Gracias a ella nos ahorraremos muchas resistencias de último momento.

Otro ejemplo

Si nos encontramos en una cena con una chica, en un momento dado podemos levantarnos para ir al baño, y ya que estamos de pie, acercarnos a su oído lentamente y decirle: “Quiero besarte por cada rincón de tu cuerpo”.

+Veo que además eres una chica muy risueña, no dejas de sonreírme, y te estás poniendo un poquito nerviosa.

– Yo no estoy nerviosa.

Me acerco a ella y le doy un beso lento y suave en la mejilla

+¿Y ahora estas un poquito más nerviosa?

Sigue riendo y apartando la mirada. La sigo teniendo cogida de la mano.

– La verdad es que me estas poniendo un poquito nerviosa sí.

 

En resumen, nuestro objetivo para liberar la sexualidad y generar tensión sexual será:

1. Entender que cada persona tiene una sexualidad única e irrepetible. Aunque varias personas sigan patrones parecidos, nunca serán exactamente iguales y esto tiene mucho que ver con las experiencias previas que se hayan tenido…por lo que lo más inteligente es ir conociendo lo único y especial de cada persona.

2. Provocaremos unas verbalizaciones y tensiones gradualesen la medida en que nos vayamos conociendo. Empezaremos por miradas, sonrisas, frases de doble sentido y acabaremos diciendo explícitamente aquellos instintos que nos genera, teniendo en cuenta sus reacciones y ajustando nuestras afirmaciones según la reacción de la persona que tengamos delante.

3. Ante cada dosis de tensión sexual, tendremos que ajustarla con distensión de igual intensidad, siendo las distensiones máximas el beso o el encuentro sexual.

Un buen seductor debe armarse de paciencia y saber que, a veces, los mayores resultados vienen con perspicacia, dedicación e inteligencia.

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George Massoni
George Massoni
George Massoni es Licenciado en Medicina por la Universidad de Murcia y experto en Relaciones Sociales con amplia experiencia en coaching de comunicación. Una persona organizada, entusiasta y curiosa. Muy seria en cuanto a que el conocimiento que se enseña sea científico y demostrado. Siempre orientado a obtener el éxito en todos los ámbitos de la vida, aprovechando las sinergias del aprendizaje.

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