En el reflejo de tus ojos a menudo encuentro siempre aquello que más ando buscando. Esa calma que sientes antes de transportarte a tu mundo interior. Es una especie de hipnosis terapéutica. Tus labios lo son cuando sonríes mientras juegan a saciar mis sentidos.
¡El movimiento de tu cuerpo vibrar, desatado y pidiendo más!
Pidiéndome entregarme a tus latidos. Sacándome de mi locura a través de la sin razón. Sumergirme en el maravilloso tacto de tu cuerpo y caer… Desear caer una y otra vez. Acariciar tu nariz, y en ese tonto juego, sentir que nada más importa aquí. Solo tú y yo y a todo lo demás decir adiós.