Los pensamientos son los responsables de la mayoría de nuestros estados emocionales, y así lo son también para el estrés emocional. Vergüenza, miedos o inseguridades se alimentan de estos pensamientos, que a menudo tienden a ser obsesivos.
Es decir, le damos demasiadas vueltas a todo aquello que nos estresa y alimentamos así paradójicamente nuestro estrés emocional.
Los problemas no existen, son pensamientos
¡Toma tus propias decisiones y no mires atrás!
Algunos de los síntomas más comunes del estrés emocional y la ansiedad son:
- Emociones: depresión o ansiedad, irritabilidad, miedo, nerviosismo, confusión, fluctuaciones del estado de ánimo, etcétera.
- Pensamientos: excesivo temor al fracaso, excesiva autocrítica, olvidos, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, pensamientos repetitivos…
- Conductas: risa nerviosa, trato brusco hacia los demás, incremento del consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, aumento o disminución del apetito, llantos, rechinar los dientes o apretar las mandíbulas, etcétera.
- Cambios físicos: tensión muscular, manos frías o sudorosas, insomnio, dolores de cabeza, fatiga, problemas de espalda o cuello, indigestión, respiración agitada, perturbaciones en el sueño, sarpullidos, disfunción sexual, etcétera.
Fuente: webconsultas.com
A continuación veremos 5 pasos que nos ayudarán afrontar el estrés emocional independientemente de los focos que lo provoquen, para finalmente y desde una visión más espiritual, asumir una actitud creativa ante el estrés que nos permita disfrutar más de la vida.
5 pasos para afrontar el estrés emocional
1. Vigila tus visualizaciones
Ante la pérdida de un puesto de trabajo, como ejemplo de una situación de estrés, podemos fijarnos en los que ya hemos perdido o en las nuevas opciones que pueden abrirse ante nosotros. Es ahí donde el inmenso poder de la visualización nos guiará hacia un paisaje u otro, influyendo directamente sobre nuestra creatividad.
Reflexionar sobre nuestros errores está bien, tenemos que aprender de ellos. Pero entusiasmarnos con las soluciones y las nuevas posibilidades es lo que nos llenará de esa energía casi divina que nos ayuda a renovarnos por dentro y crecer.
El estrés puede hacer que te imagines a ti mismo sin volver a encontrar otro trabajo, o pensando que has perdido la mayor oportunidad de tu vida, y una largo etcétera. Estas imágenes no nos aportan nada y suelen ser exageradas. Sustitúyelas por imágenes más positivas y realistas, como las de encontrar un empleo que te gusta más o en el que te pagan mejor, por ejemplo.
2. Asume valentía y abrázate a los nuevos retos
El segundo punto de los anteriores se basa en nuestra actitud e influye directamente sobre nuestras visualizaciones. Sin una actitud valiente y curiosa difícilmente podemos contemplar un nuevo horizonte. Imagínate a ti mismo cargado de valentía y motivación afrontando retos que te hagan demostrar valía. Busca esos retos y pon todo tu empeño en superarlos. Si fracasas no pasa nada, lo importante es que habrás dado lo mejor de ti y habrás aprendido.
No hay decisiones buenas o malas, únicamente existen decisiones que se ajustan a nosotros mismos y otras que no. Siempre que actúes con sinceridad y conciencia, no deberás arrepentirte de nada. El único arrepentimiento se forja en la inacción del miedo
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3. Sintetiza la información y concéntrate en los puntos claves
Cuando hablamos de sintetizar la información es como si entrásemos de nuevo a un aula de estudio. Cuando observamos nuestros pensamientos en bruto, es cuando se libera el estrés y las soluciones se nos escapan. Gran parte de la utilidad de coaching se encuentra aquí. El coach ayuda a su cliente a sintetizar sus pensamientos y organizarlos en esquemas.
Convirtámonos en nuestro propio coach. Volvamos a coger papel y boli y organicemos nuestros pensamientos de forma esquemática. Realicémonos preguntas (a menudo incómodas) que cuestionen nuestra forma actual de pensar, y apuntemos las respuestas. Es importante que hagamos esto, pues una vez llegamos a una conclusión, podemos seguir avanzando a partir de ella y descargarnos del estrés emocional que provoca el ataque en bruto de pensamientos frutos de respuestas vagas. En este otro artículo puedes ver un ejemplo de preguntas que te puedes hacer: Dejar de estresarse y empezar a vivir.
Por último, cuando hagas cualquier ejercicio que implique «conversar contigo mismo» evita el juzgarte, en especial evita juzgarte negativamente. Deberás apartarte lo máximo posible de todos aquellos calificativos que te identifiquen de una forma o de otra (es que soy un tonto, soy un despistado, soy un vago, soy demasiado bueno,…). Necesitas verte y analizarte en perspectiva. Evita el verbo ser y utiliza más el verbo sentir.
4. Deja a un lado la negatividad y concéntrate en lo positivo
Un ejercicio que suelo realizar en algunas sesiones de coaching consiste en decirle a mi cliente que me diga todo aquello que no le gusta o le genera estrés y que lo haga en negativo con sentido del humor, para posteriormente contestarle yo ofreciéndole una visión en positivo también utilizando el humor. Veamos un ejemplo:
– En mi trabajo no se me valora nada. Mi jefe me maltrata peor que un torero a un toro. Es más, me clava banderillas cuando pasa a mi lado. Me dice que soy un inútil y que no se hacer la O con un canuto. Voy de camino a casa siempre desmotivado mirando hacia abajo que parece que estoy buscando minas antipersona en las aceras.
– Tengo una gran suerte en el trabajo. Como mi jefe no me valora absolutamente nada, asumo el reto cada día de valorarme yo a mi mismo pese a sus chorradas. Siempre pienso, ¿si este tipo no consigue acabar conmigo, me haré más fuerte que Sansón? Así que procuro hacer mi trabajo lo mejor posible, y sobre todo aprender todo lo que pueda. Quizá algún día decida hacerle la competencia. Eso si, si rencores, en el fondo le quiero mucho. Mientras tanto, disfrutaré de sentirme tan fuerte como Sansón ante sus desprecios. Mi valía la determino y me la demuestro yo.
Cuando algún pensamiento negativo te ronde demasiado tiempo por la cabeza, intenta hacer este ejercicio. El que no busca el lado divertido de las cosas es que no se preocupa de buscarlo, pero a menudo una buena sonrisa es la mejor terapia. Cuando vemos las cosas con humor les quitamos importancia y podemos relajarnos. No temas reírte de ti mismo y de las situaciones de tu vida, pues así estarás incrementando tu seguridad y autoestima.
En cualquier caso, hagas este ejercicio o no, fíjate en lo bueno. Si por ejemplo pierdes tu empleo, contempla la oportunidad de encontrar uno mejor o de emprender alguna idea. Si suspendes un examen, piensa que podrás reforzar mejor esa materia con una segunda vuelta de estudio para recuperar. Siempre en positivo.
5. Medita y libera tu mente de pensamientos
La excesiva carga de estímulos a la que nos vemos sometidos obligan a nuestra mente a pensar (a menudo) demasiado. La meditación es muy necesaria hoy en día en nuestra sociedad si queremos liberar gran parte de ese estrés emocional al que estamos sometidos.
Tú no eres tus pensamientos, sino esa luz creativa que vive dentro de ti. Esa persona que se mueve por el mundo con naturalidad. Esa persona que es capaz de dejar a un lado a su mente, y se deja llevar por el sentir del presente.
Si no has meditado nunca, te recomiendo que empieces escuchando música tranquila, poniendo una atención plena en tus oídos para percibir nítidamente cada sonido con una atención plena. Es una forma sencilla y muy efectiva de empezar. También puedes buscar algunas meditaciones guiadas para escuchar o aprender Mindfulness, que comprende unas meditaciones sencillas y muy efectivas.
Libera tu creatividad
Dejarse llevar por lo que uno siente sin racionalizarlo, sin calcular sus pros y sus contras, es creatividad. La creatividad surge de la libertad para sentir y crear. Es un estado de flujo donde nos mostramos receptivos a apreciar y observar la belleza en todas sus formas, y encontrar en ella múltiples soluciones a los problemas.
Ser uno con la vida significa ser uno con el ahora. Entonces nos damos cuenta de que no vivimos la vida, sino que ésta nos vive. La vida es la bailarina y nosotros somos la danza.
Eckhart Tolle
Practica el mantenerte totalmente presente en aquello que hagas. Intenta fluir. Quizá no siempre puedas hacerlo, pero si te acostumbras a experimentar esa sensación, podrás cambiar tu enfoque y tus percepciones casi en cualquier momento que lo necesites. El fluir se convertirá en tu zona de descanso, tal como si fuese el estudio de un pintor: descanso, fluir, crear.
Si lo haces, hazlo
Cuando beses, sé el beso. Si acaricias, sé la caricia. Cuando hables, sé tu voz y todos sus matices. Presta atención a cada movimiento, a cada respiración. Sé consciente de cada sensación. Déjate llevar y siente. Ese fluir nos libera de una gran carga, pues en el presente no existen preocupaciones ni ansiedades mientras que al mismo tiempo nuestra creatividad se ve multiplicada.
Cuando te haces amigo del momento presente te sientes como en casa dondequiera que estés. Si no te sientes cómodo en el ahora, te sentirás incómodo dondequiera que vayas.
Eckhart Tolle
No te centres en tus pensamientos. Cuando tengas un problema que requiera de una profundo análisis si, racionaliza, busca la solución más adecuada. Investiga lo que sea necesario para dar con ella. Puedes basarte en los pasos vistos anteriormente en este artículo. Pero cuando hagas algo, como por ejemplo, hablar en público, ¡vive ese momento consciente de ti y de las sensaciones de tu cuerpo!
Lo que tuviste que pensar ya lo pensaste antes. Ya analizaste como querías hacer esa exposición, ya te hiciste un planificación de los temas. En el ahora concéntrate en tus actos y movimientos, en como cada palabra sale de tu cuerpo con claridad. Siente tu cuerpo y tu presencia misma. ¡Aquí! En lo que tienes que estar haciendo ahora, y no en lo que pasará, vendrá, pensarán, etc. –Cada movimiento de tus manos para dar profundidad, cada una de las tonalidades que mejor se ajustan a cada palabra–.
Alimenta tu conciencia en el ahora y déjate llevar por lo que piensas y sientes. Conócete y ten siempre presente cuál es tu misión en la vida y cuales son los valores que consideras importantes. Así, nunca andarás perdido.
#wearebrave #alwaysbeatyourself
La vida es un conjunto de experiencias. La suma de momentos que se nos escapan de las manos, inolvidables es su bella fugacidad. A los que añadimos otros que desearíamos soltar y no volver a ver jamás. Unos y otros en la hoguera de la vida nos hacen saltar y llorar. Vagar a la deriva o a ritmo recto. La deriva a veces da miedo, pero sin ella nada tendría sentido. ¡Así que hazlo intenso! Prepárate para disfrutar intensamente y salta a esa bella hoguera. ¡Embrújate por la pasión! No tienes nada que perder, pero sí mucho por sentir.
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Hermoso tu consejo, David. Cada día provocas una sensación en mi con lo que compartes, y hoy ha sido Belleza, una hermosa belleza percibida en la vida y en el presente. Un millón de gracias de nuevo. Sigamos fluyendo con esta danza tan bella…..un abrazo¡¡¡