Vivir el presente es una vía indispensable para que podamos disfrutar al máximo de nuestra vida. Pero no sólo es importante para nuestra felicidad. Además es uno de los mayores poderes de seducción de cara a atraer a otras personas y disfrutar de momentos realmente mágicos.
Centrarnos en vivir el presente es igual de importante tanto para mujeres como para hombres de forma que podamos gustarnos y entendernos.
Ama la inseguridad del presente
Démonos cuenta de que no se ama tanto aquello que se tiene garantizado, como lo que sabemos que podemos perder. Sólo surge el deseo cuando somos conscientes de que lo que tenemos lo podemos perder. ¿Parece trágico? ¡Yo diría que es maravilloso!
Olvídate de poseer y céntrate en apreciar
La inseguridad hace que valoremos más la vida. Podemos perderla en cualquier momento. Esto no es motivo de tristeza. Es motivo de alegría. Podemos perder a nuestra pareja. Enfadarnos con nuestros amigos. Podemos perder nuestras posesiones más preciadas. Perder el interés de esa persona que estamos conociendo. Pero si te atreves y consigues vivir el presente, estos deseos de posesión que tanto miedo e inseguridades generan y que de algún modo nos amargan la vida, acaban desapareciendo.
Algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos a vivir aquí y ahora
John Lennon
Se han cometido suicidios y asesinatos por pérdidas de pareja. La ruina ha llevado a personas muy inteligentes a saltar desde lo alto de un edificio. Pero esas personas no entendían la vida. La sociedad les había contaminado. No veían más allá de sus posesiones. Pero nosotros no somos lo que tenemos o las personas con las que compartimos nuestro camino. ¡Somos nuestro ahora!
Somos nuestra capacidad para levantarnos cuando el mundo se nos echa encima. El rebrotar de nuestros sentidos alzándose en un momento especial. Y cuando nos sentimos así, cuando nos sentimos simplemente éste momento, somos más capaces de apreciar la belleza de lo que tenemos delante. Sabiendo, por ejemplo, cómo elogiar mejor las cualidades de la otra persona, porque las veremos flotar hacia nuestros adentros.
Valora lo que eres y lo que puedes conseguir
No eres feliz por lo que tienes. No eres feliz por lo que ya has conseguido. Eres feliz porque valoras lo que eres y lo que puedes conseguir. ¡Eres feliz porque tienes este momento!
Preguntadle a un millonario en su lecho de muerte qué compraría con todo su dinero. Qué compraría a cambio de quedarse sin un centavo. Su respuesta será siempre la misma: ¡Tiempo!
Ese es nuestro mayor recurso. No lo desperdiciemos de malos modos. Sonríe y ábrete a la vida con valentía. Valora lo que ya tienes y disfrútalo. No temas al futuro ni a aquello que puedas perder o dejar de ganar. La felicidad es ahora. La vida es ahora. ¡Abre bien los ojos a cada segundo del resto de tu vida! Cada momento merece ser apreciado.
Si orientas tu vida a planificar tu futuro corres el riesgo de perdértela.
Si no vivimos el presente, la atracción se muere
Solo se le da valor a aquello que nos cuesta conseguir y que podemos perder. Tú puedes tener relaciones sexuales con un chico o una chica cuando quieras, y sentirlo plenamente con todo el fuego y el romanticismo que en ese momento impera.
El problema está en el futuro, en que esa persona perciba que estás haciendo planes de futuro con ella cuando todavía esa otra persona no lo tiene claro. ¡Que perciba de ti que ya te tiene! Eso mata completamente la atracción destruyendo la tensión sexual que nace del misterio.
Es como la comida. Si tienes la comida completamente garantizada no le das ningún valor, ahora pásate un par de días sin comer, y veras qué atracción te despierta.
Si en lugar de centrarte en disfrutar de la compañía de esa persona en ese momento, te centras en pensar qué será de vosotros en un futuro. Qué querrá este chico o chica de mí, no solo desperdicias la intensa profundidad y placer de ese momento, sino que matarás la atracción y el proceso de seducción será imperfecto.
De esta forma sufres el riesgo de generar desequilibrios de valor, o lo que es lo mismo, que una de las personas muestre mucho más interés que la otra, perdiendo así esta última la atracción.
Hazte ya con mis libros:
Disfruta… no lo dejes escapar
El futuro es el asesino de tu presente y para este asesino no existen prisiones de máxima seguridad. No me digas que te gusta vivir el momento y dejarte llevar para acto seguido cuestionarte qué será de nosotros. Cuentos de hadas a través de las llamas de un mechero olvidado en un triste cuarto de baño. Olvídate de esas dudas que nos matan.
Disfrutaré de tu aliento ahora, ya que quizá mañana me corone con un Everest de ignorancia. O puede que sea yo el ya no quiera cobijarlo en el cajón de mis deseos. Me encanta que sea así, intenso y fugaz. Como si una luz goteara entre mis manos hacia las estaciones del olvido.
Disfrutaré de mi lengua patinando suavemente por las líneas imperfectamente bellas de tu cuerpo. Disfruta tú de ver como se derriban los muros que aprisionan tu deseo. Seamos directores de orquesta de sensaciones y pasiones incendiarias.
Jamás podrás poseer a nadie. Jamás encontrarás el final del cuento de hadas. La vida está construida con instantes. Puedes poseer un instante, puedes sentir una intensa felicidad durante un momento. Pero no podrás rodearlo con cordones de terciopelo, volverá a gotear entre tus manos. Disfruta este momento. No lo dejes escapar y no vuelvas a preguntarme que será de nosotros. No podemos saberlo con certeza. Lo que tenga que ser será. Déjate llevar y marquemos sentencia con un beso que jamás se repetirá exactamente igual.
El baile de las inseguridades
Si empiezo a caminar entre mis recuerdos, pierdo la cuenta de las chicas que la han dejado de atraerme simplemente por empezar a planear un futuro conmigo antes de tiempo. A continuación escribiré algunas de las preguntas y afirmaciones que me han hecho algunas chicas ya en la primera o segunda cita, y que por tanto os recomiendo que evitéis a toda costa cuando comencéis a conocer a alguien. Algunas de ellas hacen gala de la gran inseguridad que sienten algunas mujeres ante el deseo de tener novio y el miedo que tienen a sentirse utilizadas sólo para tener sexo con ellas.
- Seguro que sólo quieres sexo conmigo
- ¿Pero yo a ti te gusto para algo más o sólo me quieres por el sexo? Yo no soy de esas eeehhhhh
- No sé, no me creo que un chico como tú quiera estar conmigo
- He llegado bien a casa, te lo digo aunque igual no te interesa
- ¿Tu buscas algo serio? Yo si conozco a alguien es para una relación.
Como podéis comprobar todas esas frases se orientan hacia el futuro. Hemos conseguido gustar a esa otra persona y tener sexo con ella, ante lo cual la otra persona empieza a pensar en qué va a pasar mañana, si ese chico o chica seguirá teniendo interés en ella o no, en lugar de centrase en dejar que las cosas pasen, evitando así presiones y agobios.
Vamos a hacer un ejercicio de empatía: poneos en el lugar del receptor o receptora. ¿Qué le estáis comunicando? Sin lugar a dudas le estáis comunicando que os tiene ganados. Y lo peor de todo es que lo estáis haciéndolo muy pronto. Estáis vendiendo vuestro interés futuro a un precio muy barato, pues recordemos que apenas conocemos a la otra persona como para estar planteándonos un futuro con ella.
Seducir viviendo el presente
Cuando desconectas del presente para planificar un futuro con alguien no sólo le estás dando todo tu interés, sino que si lo haces antes de que esa otra persona te dé el suyo puedes caer en el error de agobiarla.
Como ya he dicho, por culpa de esto yo he tenido que renunciar a muchas chicas por temor a hacerles daño, y es que enseguida me han dado a entender que querían algo serio conmigo y yo no sabía qué podía pasar. Solo quería seguir conociéndola, pero el no saber si podía satisfacer sus ilusiones de futuro, me llevaron a dejar de quedar con ella por temor a que no acabara de gustarme del todo y lo pasaran mal cuando decidiera poner punto y final.
Haz que la otra persona también viva el presente y se deje llevar
Es difícil vivir el presente si la persona a la que estás conociendo no lo hace también. Por eso que merece la pena intentar contagiarla de esta actitud. Si trata de dar respuesta a sus inseguridades con preguntas o afirmaciones como las que hemos visto al inicio de este artículo, limítate a tranquilizar. A decirle que apenas os conocéis para saber si realmente os vais a gustar a largo plazo, y a comunicarle lo mágico que es vivir el presente sin estar pensando en que pasará en el futuro.
Seducir es el arte de generar emociones positivas
Si cada vez que ves a esa persona que tanto te gusta le proporcionas sensaciones y emociones positivas, esta persona querrá estar contigo. Es así de sencillo. Y lo que tenga que ser, será. Si disfrutas tu ahora de forma consciente sabrás que la vida solo está formada por momentos. Momentos disfrutados y momentos desperdiciados. Y por supuesto momentos invertidos para garantizarnos un buen presente en el futuro.
Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros.
Jean de la Bruyere
Resumiendo
Si sientes el deseo de poseer a alguien, estás generando un miedo, pues el miedo nace del deseo. Del deseo de poseerle nace el miedo de que no lo consigas, lo cual te genera inseguridades que acabas arrojando hacia la otra persona. Inseguridades nada atractivas y que generan emociones negativas.
Olvídate de poseer y disfruta. Vive el momento presente, concéntrate únicamente en todo lo que te puede aportar ese chico o chica en ese momento. Tal como si fuese la última vez que pudieras ver a alguien, disfrutarías al máximo de su presencia.
Los finales felices no existen, no porque la vida no proporcione plácidos aromas de felicidad, sino porque la vida no tiene el final de las películas donde vivieron felices y comieron perdices. No es una cámara de rodaje y tras los créditos deja de funcionar. Mañana continúa, y si te centras en que un fin te aporte la felicidad del cuento de hadas, te pierdes la residencia de esa felicidad, su hábitat, y su hábitat no es otro que el presente.
#wearebrave #captivatesensations
Decidamos vivir en ese cuento de hadas que supone un instante experimentado con intensidad. Agarra cada momento como si fuese tu último respiro, con el cielo orquestando fechorías en tu piel. No tenemos tiempo para amargarnos; despertemos a ver todo lo dulce.