La crítica constructiva es un recurso que utilizamos para corregir conductas ajenas (o incluso propias si nos aplicamos a nosotros mismos estos principios). No obstante este recurso puede sernos útil y provocar el efecto esperado, o sea, corregir esa conducta hacia la que nosotros consideramos adecuada, o puede producir efectos adversos y empeorar la relación con la otra persona (generar conflicto).
Es muy importante dictaminar que mediante la crítica constructiva nos centraremos en encontrar soluciones que favorezcan a un bien común, basándonos en una observación objetiva que tenga en cuenta todos los puntos de vista posibles, así como las objeciones y condicionamientos de la persona (o grupo de personas) a la que se pretende criticar constructivamente.
1. Vigila tu estado emocional antes de criticar
Muchas veces nos aventuramos demasiado pronto a criticar a alguien impulsados por un estado emocional alterado. Dicho de forma vulgar: nos calentamos y explotamos.
En primer lugar, tenemos que ser conscientes de que si estos motivos están potenciados por rencores, quizá deberías replantearte realizar la crítica, pues más que conseguir una corrección de conducta lo que conseguiremos es generar un conflicto, además de subcomunicar nuestras emociones negativas.
Un ejemplo muy común de este tipo de críticas son las que nacen de la envidia, y es que cuando envidiamos a alguien somos propensos a criticar aquellas deficiencias que esta persona tiene, y en las que nosotros nos sentimos seguros. Como una forma de comprar resaltándonos por encima. No obstante estaremos comunicando sin saberlo esta envidia que sentimos hacia el foco de fuerza que tiene esa otra persona.
También pregúntate si tú puedes ser responsable total o parcialmente de aquello que vas a criticar. Sé autocrítico contigo mismo antes de criticar a otros.
No debemos creer demasiado en los elogios. La crítica a veces es muy necesaria.
Dalai Lama
2. Expón tus argumentos emocionalmente
Cuando criticamos, por muy sutiles y educados que seamos, estamos acusando a alguien de algo, por lo que al igual que en un juicio, tenemos que estar preparados para fundamentar nuestros argumentos.
Una crítica sin argumentos se convierte en un ataque, y ante los ataques las personas tendemos a defendernos tengamos más razón o menos. Una buena forma de fundamentar esta crítica es hablar de una forma emocional, comunicando a la otra persona lo que nos hace sentir la conducta criticada. Puedes aprender más sobre la comunicación emocional en este artículo: Comunicación Emocional.
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3. No necesites que te den la razón
El objetivo de nuestras críticas siempre debe ser el de corregir conductas o conseguir algún objetivo que deseemos. La mayoría de las personas esperan que ante una crítica la otra persona les dé la razón como si de un acto de sumisión se tratara. Esto es innecesario.
Nunca esperes que te den la razón, pues todos tenemos nuestro orgullo y podemos meternos en un conflicto por insistir demasiado en escuchar «tienes razón, me he equivocado» cuando quizá la otra persona aún dándose cuenta no vaya a admitirlo. Siéntete satisfecho/a de haber conseguido tu objetivo de expandir la conciencia de la otra persona, y evalúa si se producen cambios en ella. Eso es lo importante.
4. Persuade con beneficios y no te centres sólo en lo negativo
Una de las mejores formas de realizar críticas constructivas es dejar de señalar que es lo que tienen de malo o hacen mal los demás, para enamorarles haciéndoles ver lo que podríamos hacer para vivir un presente más feliz o exitoso.
Lanzar un dardo al corazón de la otra persona que la motive a cambiar su conducta.
Cada hecho en si mismo puede estar motivado por distintos sentimientos. La acción puede ser la misma, pero los factores motivantes hacia su realización pueden ser muy variados. Pueden surgir del odio, pero también del amor. Por eso juzgar es muy arriesgado, porque no hemos estado dentro de la otra/as persona/s para ver el mundo tras sus ojos.
La mejor forma de alejarse del mal no es criticarlo, sino proponer, enseñar y motivar hacia el bien. Esa es la vía más seductora. La que nos permitirá amarnos y amar a los demás como inevitable consecuencia.
Muchas veces las conductas que queremos corregir se han convertido en hábitos muy arraigados en la otra persona, por lo que hará falta convencerla de que los abandone.
Al igual que en las ventas, la mejor forma de persuadir es enfocarnos en los beneficios que la otra persona va a obtener de esa nueva conducta. Estos beneficios pueden ser diversos, por lo que antes de realizar tu crítica reflexiona sobre ellos. De igual modo olvida lo negativo, céntrate en los beneficios que obtendrá con la nueva conducta, y no en los perjuicios que está obteniendo con la actual.
5. Empatiza con la otra persona o comienza tus críticas con elogios
Antes de realizar una crítica es bueno hacer ver a la otra persona que nos hemos puesto en su lugar, o incluso que nosotros antes también pecábamos en lo criticado. Esto la hará sentir que la entendemos y le dará fuerza a nuestros consejos.
Al mismo tiempo, cuando criticamos estamos señalando con el dedo algo que no nos gusta, por lo que empezar nuestra crítica elogiando algo que si nos gusta, puede relajar una posible actitud defensiva. Evita expresiones que empiecen por “deberías”.
6. Elige el momento y el lugar oportuno
Como mencionamos anteriormente, siempre que vayas a realizar una crítica procura estar relajado. Si te dejas llevar por el cabreo que te genera lo que vas a criticar, va a ser imposible que no acabes atacando a la otra persona. Por tanto vigila tu estado emocional y realiza las críticas únicamente a mente fría.
El lugar también es muy importante. Evita entornos sociales con otras personas delante. De igual forma si crees que tu crítica puede generar emociones negativas, pero aun así es necesario hacerla, vigila que no pueda chafarte un momento agradable. Si por ejemplo, estás de viaje en París contemplando la torre Eiffel con tu pareja y te acuerdas en ese momento de la rabia que te da que no tire de la cadena por las mañanas, hazte un favor y no chafes ese momento.
Lo ideal es buscar momentos en los que estéis de buen humor pero que a su vez nos sean demasiado especiales en vuestras vidas, para así poder comentar tus críticas de forma relajada y sin alteraciones innecesarias.
7. Por favor, las críticas de una en una
Cuando entramos en actitud crítica las personas solemos empezar a recordar más cosas que criticar y podemos empezar a disparar sin control. No caigas en este error. Realiza las críticas de una en una y con espacios separados en el tiempo. Si no caemos en el riesgo de saturar a la otra persona y povocar una discusión.
8. No juzgues
Procura no decir a la otra persona que es de una determinada forma. Uno no es “desordenado”, sino que “está siendo desordenado”. Evita juzgar y hacer afirmaciones negativas «tu eres». Céntrate en el acto o conducta criticada, no en la forma de ser.
9. No exageres ni hagas comparaciones
De nuevo cuando nos calentamos las personas solemos sobredimensionar las críticas. Contrólate y procura no exagerar. Al mismo tiempo evita hacer comparaciones, pocas cosas dan más rabia. Las comparaciones no son una buena forma de persuasión, más bien las identificamos como ataques.
10. Cuida tu lenguaje no verbal
Recuerda que el objetivo es provocar un cambio y evitar el conflicto. Tu actitud tiene que ser la de una persona que intenta ayudar a otra, por lo que tu voz, expresiones o gestos deben ser consecuentes.
Además de todas estas recomendaciones es primordial que seamos personas asertivas, esta cualidad nos hará por si solo saber gestionar cualquier conflicto y realizar criticas de forma constructiva. Aquí puedes leer un artículo sobre la Comunicación asertiva: Guía con ejemplos para ser más asertivo.
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Seducir es disfrutar de cada instante, porque no hay mayor seducción que la de sentir nuestro presente. El roce del una sonrisa, la electricidad que transmite una mirada. Palabras que pasean por el aire y nos encienden de emoción. Seducir es amarse a uno mismo, amar a los otros y dejarnos envolver por la magia que se crea.
#wearebrave #alwaysbeatyourself
La vida es un conjunto de experiencias. La suma de momentos que se nos escapan de las manos, inolvidables es su bella fugacidad. A los que añadimos otros que desearíamos soltar y no volver a ver jamás. Unos y otros en la hoguera de la vida nos hacen saltar y llorar. Vagar a la deriva o a ritmo recto. La deriva a veces da miedo, pero sin ella nada tendría sentido. ¡Así que hazlo intenso! Prepárate para disfrutar intensamente y salta a esa bella hoguera. ¡Embrújate por la pasión! No tienes nada que perder, pero sí mucho por sentir.