Deseos negados: Úsalos a favor de tu seducción |

Deseos negados: Úsalos a favor de tu seducción

Cuando deseamos a un persona y ésta nos rechaza o sólo nos percibe como amigos, puede pasar a convertirse en una obsesión que provoca que nuestra mente nos engañe, provocando que la valoremos más de lo que en realidad la valoraríamos siendo plenamente racionales.

Podemos percibir a la otra persona a través de una venda en nuestros ojos, pues centrando nuestra atención en nuestro deseo de poseerla, somos menos perspicaces para visualizar e intuir certeramente a quién tenemos delante.

Si alcanza lo que desea, mengua el deseo con la pasión de la cosa deseada, y quizá, abriéndose entonces los ojos del entendimiento, se vee ser bien que se aborrezca lo que antes se adoraba.

Miguel de Cervantes, Extracto de “La Gitanilla”

Los deseos negados incrementan el valor percibido

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Nos ocurre como al niño pequeño al que se le niega la pelota. Finalmente su padre le da la pelota para que se calle y el niño la acaba mandando a hacer puñetas. En realidad la pelota no le interesaba lo más mínimo, solo le interesaba psicológicamente. Solo le interesaba satisfacer su deseo de posesión de aquello que se le negaba y así poder satisfacer su ego.

Pero la posesión no es amor. En mi experiencia personal, he acabado teniendo relaciones con chicas con las que tiempo atrás había estado obsesionado, y tras “conquistarlas” empecé a verlas más como realmente ellas, dándome cuenta de que no me gustaban tanto como creía y que yo mismo había imaginado cualidades que no tenían.

La obsesión amorosa, si es que se le puede llamar amor, altera nuestras percepciones. Lo que probablemente no nos parecería una reacción atractiva, a través de los ojos de la obsesión se transforma en algo bello y apreciado.

Esta es la parte negativa de los deseos negados, que distorsiona nuestras percepciones y podemos acabar sufriendo toda clase de frustraciones derivadas del rechazo, o peor todavía, acabar enamorados de una persona que quizá no lo merezca y darnos cuenta de ello demasiado tarde.

Usa los deseos negados a tu favor

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¿Cómo podemos usar este conocimiento a nuestro favor? Pues tenemos dos formas, la preventiva y la jugadora.

Preventiva

Consiste en aprovechar este conocimiento para reflexionar, hacernos preguntas, o visualizar la situación imaginándola como si la viésemos desde el exterior procurando no identificarnos con las emociones.

Así podemos conseguir identificar si nuestras percepciones están más o menos distorsionadas y acercarlas hacia una realidad más objetiva. Utilizamos la meditación como herramienta fundamental de conciencia.

Otra forma es comentar la situación con algún amigo de confianza que tenga un cierto grado de experiencia sobre estos temas, y así contar con una visión externa. Quizá incluso el hecho de contárselo a alguien nos sirva como herramienta de conciencia.

Jugadora

Aquí usaremos este conocimiento para jugar, provocar y estimular la seducción tratando de interferir en las percepciones de la otra persona. Es decir, le damos la vuelta a la tortilla y pasamos a ser nosotros los que ponemos los límites al deseo. Por supuesto, esto no es más que un pequeño truco para estimular el juego y la diversión. Asumo que lo usarás con responsabilidad, sinceridad en tus intenciones y respeto.

El amor está oculto en el interior de los seres humanos. La naturalidad y el encanto viven dentro de cada persona. El papel de la seducción es el de liberar ese amor y abrir las puertas que encarcelan su belleza. Haz sentir a los demás más plenos, más radiantes y más deseados, contagiándoles de una alegría y entusiasmo de vivir que se transmite.
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Asegúrate de que existe un deseo latente

Para poner límites al deseo tiene que existir algo de deseo, ¿es obvio verdad? A más de un “espabiladillo” he visto diciéndole a una chica que solo quería ser su amigo con estas intenciones, cuando la chica no tenía ni el más mínimo interés en él. Pretender que negarle a una chica o a un chico la posibilidad de tener algo más con nosotros haga aumentar su deseo, cuando no hay deseo, no es poner límites al deseo, es hacer el tonto. Lo único que estás diciendo es que no te enteras de la película.

Pero no seamos tan crueles. En temas de seducción se dicen muchos truquitos, técnicas, métodos y demás “fuentes de información” que están mal explicadas. Mi consejo es que no hagas nada que no esté justificado a nivel psicológico y que no esté basado en tu propia observación. Que alguien te diga que algo le ha funcionado no significa que a ti te funcione, cada situación y persona con la que tratamos es un mundo por descubrir, y las variables emocionales son muchas y fluctúan a cada momento. ¡Usemos siempre la observación y la inteligencia señores y señoritas!

Un ejemplo que yo mismo usé muchas veces durante mis largos años de soltería consistía en que cuando veía que una chica estaba interesada en mí, pero al intentar besarla me hacía la cobra, le proponía un trato:

—Vamos a hacer una cosa. Como acabo de intentar besarte y veo que no he tenido mucho éxito (Sentido del humor), vamos a hacer un trato. Prohibido besarnos esta noche —expongo con cara de pícaro mientras le extiendo la mano para firmar el pacto.
—Jajaja, ¡vale! Acepto el trato —espeta correspondiendo a mi apretón de manos.

Posteriormente seguía jugando con ella (verbalmente hablando) y estimulando que ese trato se rompieran con el juego de la seducción.

¡Más sobre seducir con juego e imprevisibilidad!

La prohibición, tu arma

En este caso sí estamos incrementando el deseo mediante la prohibición. Le negamos que vaya a haber algo que no tiene del todo claro. Firmamos un trato de que no podemos hacer eso, y además nos damos un apretón de manos (hay que hacerlo visual).

¿Pero, acaso a las personas no nos gusta ser libres? ¿Acaso nos gusta cumplir las normas y evitar dejarnos llevar por lo que deseamos? Pues no, nos gusta no tener barreras. Además también nos sentimos atraídos hacia la aventura y el riesgo de vez en cuando. Por tanto el deseo se incrementa fruto de estos estímulos emocionales que genera la negación de lo deseado.

La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella.

Oscar Wilde

Por otro lado, las películas siempre han jugado mucho con eso de los amores imposibles. Oohhhh, ¡no deberíamos!. Lo que nos condiciona y lo hace siempre más apasionante.

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#wearebrave #captivatesensations

Seducir es disfrutar de cada instante, porque no hay mayor seducción que la de sentir nuestro presente. El roce del una sonrisa, la electricidad que transmite una mirada. Palabras que pasean por el aire y nos encienden de emoción. Seducir es amarse a uno mismo, amar a los otros y dejarnos envolver por la magia que se crea.

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David Belmonte
David Belmonte
David Belmonte está considerado como el autor de habla hispana más innovador en el área de las habilidades comunicativas aplicadas a las relaciones sociales y la seducción. Convirtiéndose en un referente sobre comunicación en España y Latinoamérica.Es Graduado en Marketing por la Universidad de Murcia, Máster en Inteligencia Emocional y Mindfulness por la Universidad de Valencia, Experto Creativo por la Universidad San Jorge y MBA.

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