Los pensamientos propios y ajenos reflejan las distintas visiones que tenemos lo seres humanos. La consciencia determina la capacidad que tenemos de visualizar y entender cualquier forma de pensamiento o actitud ante la vida.

¡Dá la cara! ¡No te escondas! ¡Sé libre! ¡Valiente! ¡Sé natural!

Algunas personas se cierran ante formas de pensar que no son acordes a sus creencias. Para mi, eso un error. Para ser auténticos hay que aprender de todos, y de todas las cosas. Eso si, siempre, absolutamente siempre, siendo fiel a ti mismo y guiando tu propio camino.

Si piensas demasiado en qué pensarán de ti, nunca destacarás

A veces he visto críticas ante algunas de mis formas de pensamiento. No pasa nada, nunca me he sentido juzgado porque sé que todos pensamos diferente en mayor o menor medida. Nunca he escrito ni orado para un público concreto con miedo a no cumplir lo que esperarían de mi. Ni siquiera de un tipo razonable, para mi eso es algo hipócrita.

No hay que tener miedo al qué dirán, porque siempre habrá gente dispuesta a decir algo despectivo de nosotros. Mejor ser natural.

Prefiero decir lo que quiera y pienso verdaderamente y sin tapujos. Siempre con la responsabilidad de que se me entienda, y esperar a que quiénes me escuchen se queden con lo que sientan que aporta utilidad a sus vidas y a sus propias creencias cambiantes. No hay porqué estar de acuerdo en todo. Todos tenemos caminos diferentes. ¡Autenticidad siempre es libertad! No existe otra camino.

Álzate al frente

Tenemos que tener la libertad de exponer nuestras formas de pensar sin miedos, y estar abiertos a las formas de pensar opuestas para ver también su belleza y expandir así nuestra conciencia. Esa es una libertad auténtica. La libertad del que sabe que en la vida siempre va a recibir tanto elogios como censuras, pero como dijo Giacomo Casanova, eso será lo que le nos hará entender que de alguna forma, hemos de sentirnos libres.

Cuando te critiquen, no te escondas

En uno de mis artículos dejaron este comentario, con un dura crítica y juicios lanzados como dardos hacia mi:

“Es increíble que alguien pueda tragarse tanta basura. Hay gente para todo, y por eso entiendo que alguien la escriba. Pero que se crea que todos queremos lo mismo es de una estupidez inmensa. “Filosofía” barata y vulgar, que pone como ejemplo de ideal las relaciones de pareja de las películas simplonas y vulgares de Hollywood, ¡qué aberrante! Seguramente el sueño dorado del Sr. Jungle es escribir una saga como “500 Sombras de Grey” -sarta de guarradas para un público caliente y poco pensante que quiere sentirse “atrevido”. Dele David, que esos son los que sobran en el mundo, siga produciendo mierda y seguro logrará su best-seller.” (Comentario en Seducir transmitiendo tensión sexual).

A lo que yo contesté:

“Siento que no hayas interpetrado este artículo de la forma que pretendía transmitir. Jamás diré que todo el mundo quiere lo mismo, dudo que eso haya salido de mis dedos en forma de escritura.

Lo que para mi si es evidente, es que los seres humanos tenemos necesidades de sexo y juego que forman parte de nuestras necesidades hedonistas. Al menos así lo he estudiado yo de estudios psicológicos, y vivido en mis experiencias. Quizás por eso libros como el que mencionas han tenido tanto éxito dentro de una sociedad que a lo largo de los años ha estado reprimida en temas sexuales.

De cualquier forma, este articulo también contempla la creación de tensión sexual desde el romanticismo y el sentimiento, que intuyo es la forma con la que tu te sientes más identificado. Por otra parte, no escribo para un público, escribo lo que pienso y cada lector puede estar de acuerdo con algunas cosas y con otras no, partiendo de que las verdades absolutas no existen y que todos pensamos diferente, y no por eso hay que categorizar los pensamientos de otros como guarradas o poco pensantes. Siempre que juzgamos nos puede venir la pelota de vuelta, y cualquier pensamiento encorsetado y cerrado lleva a falta de conciencia. Cada uno forma su propio camino. Forma el tuyo a tu gusto y respeta el de los demás, esa es mi filosofía y no otra.

Igualmente, muchas gracias por leerme y que disfrutes de feliz fin de semana. Un saludo!!!”

Compromiso contigo mismo

Cuando te digo que des la cara, no lo digo por decir. Estoy comprometido conmigo mismo. Y eso es lo que tienes que hacer tú. Adoptar un compromiso con ese yo más auténtico que quieres para tu vida y no soltarlo.

A veces dar la cara te llevará a tener algunos enfrentamientos, pero más vale vivir luchado con motivación, que agachado y tragando la basura de los demás. Si te ha gustado el ejemplo anterior, para que veas que sigo mis propios consejos, aquí tienes mi cara en vídeo explicándolo. ¡Haz lo mismo!

Encuentra las objeciones que te hagan aprender

Mi mejor recomendación para ser auténtico, natural y libre, algo que hoy en día a algunas personas les está dando muchísimos beneficios, tanto psicológicos como económicos (sobre todo en medios online), es que des la cara.

¡Nunca te escondas! La valentía es plantar cara, tanto a las formas de pensar de los demás como a las propias. Es una actitud abierta, nunca cerrada. ¡No temas mostrar lo que otros dicen de ti! ¡Acepta, aprende y progresa! Observa esas críticas desde fuera, no le des poder a la ira de los demás. Que la ira de los demás no se te contagie. Todo lo contrario, devuélveles el golpe descubriendo a través de sus ataques un mejor camino, y regálales tu más amarga indiferencia.

Alimenta una confianza fuerte

Quienes esconden su “posible basura” pues si alguien habla despectivamente de nosotros, algún motivo habrá encontrado estemos de acuerdo o no o tenga más o menos razón, solo están protegiendo su orgullo. Pero nuestra identidad no la defendemos escondiendo la basura debajo del sofá, o borrándola ante otros ojos para que no aparezca. La defendemos con palabras, a veces con argumentos, otras negociando y encontrando un entendimiento común. Otras muchas, pidiendo perdón y reconociendo que nos hemos equivocado (esta yo la uso mucho).

Descubre más sobre cómo ser más auténtico en:
10 cualidades de las personas auténticas